martes, 30 de junio de 2009

EDUCACIÓN Y MERCADO


Toda vez que la Educación fue ingresada como bien transable en el mercado se produjeron las tremendas anomalías que al día de hoy hacen crisis. Los sueldos docentes, la infraestructura, la municipalización, la calificación docente, son sólo externalidades. El problema de fondo se desprende del conflicto educación/mercado, da tal manera que encontramos la primera a la medida de lo que se pueda pagar. Buena (pagada), Regular (Subvencionada), Mala (Municipalizada). A partir de ese análisis, invito a reflexionar respecto de los siguientes puntos:

1. La discusión, en Educación, no va por el camino si deben participar privados o no en educación, de hecho ni siquiera si el estado debe administrar colegios. Lo realmente relevante es no cobrar por estudiar ni hacer selección de estudiantes. A larga esos serían los enemigos de una “buena educación” dentro de un concepto de “ciudadanía”. A ese respecto sería mínima la negativa influencia del mercado en educación toda vez que se anulen el lucro y la selección. Por tanto, si ese es el medio, no es relevante quien administre colegios, porque el fin ciudadano sería compartido y aplicado transversalmente.

Ahora bien, si se pudiera sacar la educación del mercado, podríamos hablar realmente de educación pública, porque en principio se generarían espacios comunes de aprendizaje e interacción social de las comunidades educativas a diferencia de los suburbios y ghettos educativos que existen en la actualidad que justamente niegan la “cosa pública”. Fernando Atria[1], en cuyo argumento baso esta reflexión, señala la posibilidad de segregar socialmente a través de otros mecanismos (como el habitacional), pero si se instala una real conciencia pública podrían monitorearse esas variables negativas. Pero si esa conciencia no surge y se instala desde la educación, difícilmente podría hacerlo desde otras instancias.

El problema radica en como aplicar estas medidas o propuestas. En Chile se tiende a simplificar todo en la creación de la ley correspondiente. Un sistema así permite eliminar la disyuntiva o angustia producida por la tensión interés particular por el hijo / ciudadanía. Hay que zanjar a favor de un sistema inclusivo. Finalmente zanja la ley. A mi entender, esa fe legalista es un poco ingenua, porque la cultura de mercado está arraigada fuertemente y la ley no cambia conductas y visiones. Esta realidad es comprobable observando el transito: conformación del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación - informe entregado por la comisión en diciembre de 2006 – debate parlamentario – aprobación de LGE.

Quizás el cambio cultural debería pasar por como las comunidades educativas con la totalidad de sus miembros generen discurso respecto de lo que consideran público y su grado de importancia. Pero ese discurso debe tener su correlato en la realidad en aras de la legitimidad de las medidas. Se ve difuso, se pronuncia como un “deja vu” de la Revolución pingüina, pero tengo la sensación que dicha revuelta fue una tarea incompleta o en el peor de los casos maleada.

2. No hay que permitir o por lo menos dificultar la transmisión de los privilegios a través de la Educación en Chile.

3. Hay que transformar (vía punto 1 y 2) la Educación en espacio ciudadano de iguales.

4.El estado puede gastar en todos los sentidos y para todas las clases. Para otras regulaciones están los impuestos. Este es un punto central. La focalización (visión progresista aplicada por los gobiernos de la Concertación que implica no gastar recursos del estado en los más ricos) impide la creación de espacio ciudadano de iguales. Sabemos de alguna manera debe existir algún criterio de discriminación positiva en sociedades que presentan desigualdades socioeconómicas, culturales, etc. como la chilena, pero esa corrección de problemas no puede pasar por entregar la administración educativa al mercado. De tal manera que el estado debería asumir, como hacen múltiples estados desarrollados, a los impuestos como instrumentos claves para aplicar las políticas públicas en forma.


[1] Atria, Fernando: Mercado y ciudadanía en la educación, Ed. Flandes Indiano. Santiago, 2007. Pp. 66-115.

9 comentarios:

Cabezoncillo ! dijo...

No es un misterio que la educación esta pésimamente mal regida en nuestro sistema, lo que hace obtener una " mala educación " para todos.
Me inclino más por 2 puntos mencionados por tu parte...

El financiamiento, es un tema importante, si bien la educacion en muchos paises es gratuita y de buena calidad, aqui parte con un problema enorme, no hay legislación de las platas que entran para la educación," poco serio ", sabemos que el "hombre" con poder y dinero, no somos hombres. Si no cuenta con un control se va todo de las manos.
Perjudicados por esto; directamente profesores, estudiantes, familias y como resultado la Sociedad.
Profesores trabajando a media maquina por los miseros sueldos que se les entrega ( secreto a voces ).
Haciendo que la educación valla a la mitad de la " velocidad " ideal.
Con respecto a esto me pregunto ante la nueva ley , que profesional ingeniero, por ejemplo, Va a querer trabajar por un sueldo de 300 mil pesos en una escuela publica ? ( hablando de la nueva ley )
Todo es un circulo vicioso que no llevará a nada.

2°, la familia toma un rol importante en esto, sabemos que la familia nuclear, es la mas importante en la educación antes de la escuela, pero... hemos visto a la familia participando en paros ? tomas ? o simplemente manifestandose ? ante un diario, camara, grabadora o publicamente...
La familia tiene la voz, la familia es el pueblo, a la familia SI, debieran escucharla. Pero por lo visto la familia no participa de esto.

mi pregunta ante lo expuesto en tu blog, es como lograrás hacer una " educación pública". Haciendo que no sea mercado ?, que no existan escuelas malas, regulares y buenas...todo depende de los ingresos. Creo que es la lógica de la sociedad. siempre será mercado.Mientras no exista una legislación, sobre los dineros de la educación.

Freddy Sánchez dijo...

Cuñadisimo: La lógica es sacar a la educación del mercado más allá de los ingresos de los padres. Incluso del gusto por el dinero de los dueños de colegios. Educación igualitaria sin cobro ni selección. Se le pagará más a los colegios mejores, irán más familias con sus hijos, etc. esos serán otros debates. Simplemente hay que impedir ghettos educativos los mejores acá los peores acá.


Amigo mío: En tu jerga "parece que no le achuntaste", lo publico yo:

Para variar un planteamiento radical. Tiendo a compartirlo, pero ¿Cómo lograrlo sin un golpe de estado?

La cuestión es si de ese modo la necesaria afectación de la libertad de las personas que tal planteamiento supone "sobaca" (como decía Navia) de manera decisiva la estrtuctura básica de una sociedad, no es más que un matiz del viejo debate libertad v/s igualdad.

Cualquier decisión que se tome, importa pararse en un pilar arbitrario: que tanto valoras la libertad y la igualdad "intrínsecamente", como fin y como medio.

Y el entorno para adoptar esas decisiones es el de una sociedad ignornte, poco participativa y compuesta de sujetos egoístas. Te aseguro que la mayoría de los chilenos acogerían alternativas como las que poropones, pero si se trata de sus hijos, no les temblaría la pera en ser inconsecuentes buscando una alternativa mejor a la del resto, ni si quiera una buena "en sí".

Por que si hay algo característico del chileno es esa antigua tendencia a medir el bien y el mal, en función del panorma del vecino.

Rabincierto

Cierto: Ese es un debate interesante. Creo que la mayoría optaría por una mirada ciudadana (mira que optimista), hay que denunciar la segregación como antivalórica y discriminativa, punto. Sería un proceso largo, pero hay que mover la escoba. Aunque con la aprobación de la LGE hay poco espacio de acción.

Saludos.

Freddy Sánchez dijo...

Roberto: en todo caso la tensión libertad/igualdad se define a favor de la segunda toda vez que asumimos la Educación como política pública. Se debería impedir optar por una libertad "desnuda" a este respecto. Siempre hay frenos a las libertades desnudas: No matar, realizar un debido proceso, etc. En este caso sería más justificado aún reducir la libertad en aras de la calidad e igualdad. ¿Evitar que el "rico" otorgue educación diferenciada a su hijo es una pérdida o acotación de libertad? En principio si, pero de esa libertad "desnuda".

Saludos.

Freddy Sánchez dijo...

Tomás, al igual que mi socio no diste con el comentario. Lo subo acá:



Y aquí estamos -saludos Rabi!-

OK, siguiendo tu idea de que la educación es una herramienta para desempeñarse mejor en el mercado del trabajo (idea que comparto completamente) el masificarla, creo que no solucionaría el problema de la desigualdad económica. Repito mi punto, solo lo escaso tiene valor económico, cuando masificas una educación (por ej la educación media) pierde su valor automáticamente.

Ahora si ves el asunto del valor desde el punto de vista marxista, como algo real y no subjetivo, claro que si lo pudieses repartir, como quien reparte un pan, en las escuelas la gente adquiriría más de ese "valor real" y todos valdrían más, pero yo creo que no existen esos valores absolutos, son todos "en relcion a" y disminuyen a medida que se hacen más abundantes.

Por ejemplo algo básico como saber leer, alguien que sabe leer "vale mucho más" que alguien que no sabe, cierto, tiene una habilidad diferenciadora y si es un 10% de la población los que saben leer esa habilidad lo pondrá en el top económico de la sociedad. Pero ¿que pasa ahora donde casi todos saben leer?, dudo que alguien coloque en su currículum "se leer y escribir".

Si te fijas bien es lo mismo que pasó con la educación media cuando la masificaron, y lo que está pasando ahora con la universitria, solo tiene valor económica cuando es escasa.

De allí que yo creo que la idea de Brunner de "terminar con las desigualdades por medio de la educación" es utópica, la educación no puede tener un objetivo igualitario.

Cuando uno hace clases se da cuenta, yo le hago clases a tipos que están por terminar la carrera así es que les doy todas las pasadas, si repruebo a uno e voy a crear un problema, pero resulta que un pajarito que se había sacado dos 4 en las primeras pruebas ahora no me entregó un trabajo y tiene un 1 ¿como lo voy a ayudar?, creo que en el fondo me está diciendo que no le gusta estudiar y que por favor lo repruebe.

No a todos les gusta estudiar y creo que en los más jóvenes, onda 14 a 24 años debe ser terrible estar obligado a ir al liceo o a la U cuando no le interesa. Es pérdida de tiempo y plata nomás.

Tomás.

Freddy Sánchez dijo...

Tomás:

Existen algunas imprecisiones respecto de las competencias que tu señalas. A ese respecto saber leer y escribir bien como otras competencias (por ejemplo operacionales en matemática) deberían ser transversales al proceso de aprendizaje normal de todos. Eso no significa que uno u otro tenga destrezas marcadas en distintos campos. Te aburriría acá respecto de la cantidad de teorías al respecto: Inteligencias múltiples, ciclos de aprendizaje de Kolb, etc. En una sociedad como la actual hay cabida para todas las competencias. El problema esta en desarrollar el mínimo trasversal a todos.

Saludos.

Tomas Bradanovic dijo...

Pero vamos al hueso del asunto: ¿para que es la educación pública?

Yo veo dos posibles respuestas: adoctrinamiento y mejora de las capacidades económicas individuales. Ni que decir que la primera no me gusta pero en fin, no es algo que genere problemas, adoctrinar es fácil aún sin medios (ej. las escuelas palestinas en Cisjordania)

El segundo propósito -creo que tu lo mencionaste en mi blog- es mucho más espinudo, especialmente como pareces plantearlo acá como que la educación pública podría usarse como herramienta de igualación social.

Hasta ahora siempre ha funcionado al revés, como herramienta diferenciadora, que le da a algunos algo que los demás carecen, por ejemplo no todos son doctores ni abogados, solo unos pocos y por eso adquieren una capacidad económica superior. Esto siempre ha sido visto como una recompenza al esfuerzo y etc. etc.

¿Que pasa si el estado da las facilidades para que todos -o gran parte de la gente- adquiera las mismas credenciales?, que las credenciales pierden valor porque dejan de ser escasas.

Ese "mínimo transversal" de que hablas no tiene valor ni menos eficacia como herramienta de igualación social. Si tratas de impedir que los que tienen más plata "compren" una mejor educación para sus hijos (creo interpretar que esa es tu idea) solo conseguiras que todos sean igualmente pobres e improductivos.

Freddy Sánchez dijo...

Para entender mejor el argumento hay que señalar 2 puntos primigenios:

- La educación en su comienzo no es meritocrática.¿Qué mérito pueden tener niños que no han hecho nada?.
- La meritocracia posterior provendría de una provisión de educación razonablemente igualitaria.
1. La educación: Dota al estudiante de lo necesario para comprender al mundo y dejarlo en mejor posición para dar sentido a su existencia. Si sólo ese fuera el fin el no dejar a los padres gastar en exceso en educación sería nivelar hacia abajo.

El problema es que la educación dota también (o contribuye a dotar) al estudiante de las aptitudes para desempeñarse más o menos exitosamente en el mercado. Si es así, el rico compra el derecho de transmitir el privilegio. Limitar la posibilidad del rico de gastar en educación de su hijo es limitar su capacidad para transmitir su privilegio.

Por tanto, no sirve la distribución de mercado, porque esta instala la desigualdad.

2. Existen diferencias de capital cultural.

El sistema debe tratar de compensar el déficit de capital cultural del niño pobre. No puede evitar la transmisión de padres a hijos. Pero debe tender a mezclar, a dificultar al rico abandonar el espacio común de educación y sacarlo de los suburbios educativos. La relación ricos con pobres o pobres con pobres perjudica a estos últimos.

3. Existe también una segregación de acceso al poder. No sólo capital cultural y dinero. Más acceso a la información se traduce por ende en más poder.


Raya para la suma: Se debe evitar la segregación por ingreso. Se debe aplicar un criterio de ciudadanía: Atacar la segregación, desigualdad y transmisión de privilegios.

Tomás: Básicamente es igualar las condiciones, para que en el futuro meritocráticamente se produzcan diferencias. Creo que lo demás corresponde a miradas decimonónicas que creían en méritos instalados por apellido o familia. El pensar que por esto van a ser todos doctores significa una reducción del debate que produce extrañeza. Ahora bien, bajo cualquier óptica de estudios pedagógicos y educativos (desde la mirada ideológica, práctica, gremial, investigativa, etc) ese argumento no se sostiene.

Saludos.

Tomas Bradanovic dijo...

Pero es que yo allí tengo una gran discrepancia, creo que la educación es escencialmente meritocrática y por eso tiene premios y castigos (notas altas y bajas), la educación rankea por definición, es diferenciadora y discriminadora en esencia desde el momento que no todos aprueban los cursos automáticamente.

El niño de primero básico, o de parvulario que no hce lo que se espera de él es rankeado bajo, es un niño problema no por una deformación del sistema sino porque es la única forma de educar, los seres humanos no se educan -en el sistema formal- porque tengan una sed de saber innata ni por satisfacer su curiosidad, se educan en base a conocimientos y habilidades socialmente impuestas y por eso el sistema debe ser discriminador y meritocrático, no existe otra forma. Cuando haces clases te puedes dar cuenta que pasa con los profesores comprensivos y buena onda: nadie los respeta y los alumnos no aprenden absolutamente nada, es lógico, no tienen por que aprender algo impuesto si no tienen el premio/castigo de las notas.

Tratar de impedir los ricos que traspasen su ventaja a sus hijos es nivelar para abajo, no puedo verlo de otro modo porque no veo como eso vaya a ayudar a los pobres. Por otra parte creo que sería extremadamente difícil de implementar a menos que se elimine a los ricos, cosa que ningún sistema social en el mundo -ni los más igualitarios- ha logrado jamás.

El fondo del asunto es que si pensamos en términos de "justicia" simplemente estamos tratando de imponer nuestra preferencia y nuestra particular visión de lo que es justo, para mi lo más injusto es que el estado trate de perjudicar a un grupo (en este caso los ricos), tal vez sea injusto que un rico perjudique a un pobre, pero es mucho peor que el estdo perjudique a un rico porque el estado tiene todo el aparato represivo a su favor.

Y la verdad que cuando permitimos esa idea que el estado puede perjudicar a los ricos (por algún criterio moral xxx) llegamos a la situación real que es la más injusta de todas: el estado termina usando todo su aparato represivo para perjudicar a los más pobres y débiles.

Es algo que se ha visto siempre, hay muchos ejemplos en la historia, de la revolución francesa, los socialismos reales, la social democracia y muchos otros campeones de la "igualdad de oportunidades" que terminan con el estado abusando de los pobres por una pobreza generalizada, cesantía, etc.

La igualdad de oportunidades sería factible en un mundo mecánico, con causas y efectos inmutables como lo veía MArx que pudo incluso ver una dialéctica de a historia. El mundo real no tiene nada que ver con un reloj o un mecanismo, está repleto de incertidumbre y cosas que nadie puede controlar, por eso la igualdad de oportunidades nunca fue viable y vamos a tener pobres y ricos hasta que no quede ni un gil sobre este mondo cane. Así es como lo veo yo al menos, creo que jamás va aexistir igualdd de oportunidades y mucho menos igualdad a secas, creo que es un sueño imposible

Freddy Sánchez dijo...

Sigo insistiendo en que un niño no puede demostrar nada ni tiene mérito. No es socialismo, n nada por el estilo. De hecho ni las pedagogías marxistas proponen lo aquí señalado. El concepto es CIUDADANÍA, que se construye sobre condiciones iguales. De que a larga se produzcan diferenciaciones eso es una externalidad.

Por si acaso según mis estudiantes soy buena onda y comprensivo, y me respetan mucho, y bajo muchos instrumentos de evaluación creo que sí aprenden. Incluso en el SIMCE, que no es la panacea para mí. Je, je.